En nuestra experiencia con negocios familiares, hemos visto cómo las familias pueden trabajar juntas de manera armoniosa, compartiendo un profundo orgullo y asignando roles y poder según las competencias y habilidades de cada miembro. Sin embargo, también hallamos situaciones en que las relaciones entre padres e hijos presentan sus propios desafíos, ya mencionados en otros blogs. En esta ocasión, queremos abordar específicamente el trabajo con hermanos, ya sea en presencia de los padres o en su ausencia.
Compartir en un negocio con tus hermanos puede ser una de las experiencias más gratificantes y desafiantes al mismo tiempo. Los negocios familiares tienen el potencial de crear un legado duradero y construir un negocio exitoso basado en la confianza y el compromiso mutuo. Sin embargo, también pueden presentar una serie de retos únicos que, si no se manejan adecuadamente, ponen en riesgo tanto la empresa como las relaciones familiares.
¿Te has encontrado alguna vez en medio de una discusión familiar acalorada en la sala de juntas, en medio de un corredor de la empresa o delante de los trabajadores? ¿O llevando los problemas del trabajo a la mesa o momentos de celebración familiar? Si te identificas con estas situaciones, no estás solo. Aquí te presentamos una guía práctica con 10 claves esenciales para trabajar exitosamente con tus hermanos. Estas estrategias te ayudarán a construir una base sólida, mantener la armonía familiar y apuntalar el éxito del negocio durante la Transición Generacional.
1. Definir roles y responsabilidades claros. Para evitar conflictos y malos entendidos, es crucial que cada hermano tenga un rol claramente definido basado en sus habilidades y experiencia, sin consideraciones de fecha o lugar de nacimiento, género, o mayor protección o preferencias por parte de los padres.
Conocimos el caso de una empresa de manufactura en la cual uno de los hermanos, con experiencia en ingeniería, se encarga de la producción, mientras que otro con habilidades en finanzas maneja las cuentas. Esta división de responsabilidades, basada en competencias, asegura que cada área del negocio esté en manos de alguien capacitado.
2. Comunicación abierta y efectiva. La comunicación es fundamental en cualquier negocio, pero aún más en uno familiar. Implementar reuniones familiares regulares para discutir temas de la empresa y asuntos personales, fomenta un ambiente donde todos se sienten cómodos expresando sus opiniones y preocupaciones.
En una familia del sector restaurantes, se tiene la costumbre de reunirse quincenalmente para discutir el rendimiento de los establecimientos y resolver cualquier conflicto que haya surgido. Esto permite que todos los miembros estén al tanto de las operaciones, aporten soluciones constructivas y ejerzan la supervisión adecuada del negocio.
3. Establecer límites entre lo personal y lo profesional. Es esencial mantener una separación clara entre la vida familiar y el trabajo para evitar que los problemas personales afecten el rendimiento profesional y viceversa. Establecer límites y respetarlos es clave para mantener un ambiente saludable en ambos ámbitos.
Para esta clave, viene a nuestra memoria una familia que decide no hablar de temas laborales durante las cenas familiares para asegurarse que estos momentos sean exclusivamente para fortalecer los lazos personales, consagrando una regla según la cual, quien lo hiciera, debería pagar el próximo almuerzo.
4. Planificar la sucesión. La falta de planificación de la sucesión, no sólo del patrimonio sino de los temas que tienen que ver con la empresa, es una causa común de conflictos. Definir con anticipación cómo se tomarán las decisiones importantes en el futuro, como la entrada de nuevas generaciones o el retiro de algún miembro, asegura una transición suave y evita disputas.
Tal fue la previsión de una empresa familiar agrícola, en la cual los padres crean un plan de sucesión detallado que incluye la formación de los hijos en las distintas áreas del negocio y establece cuándo y cómo tomarán las riendas de la empresa.
5. Buscar asesoramiento externo. Un asesor externo puede aportar una perspectiva objetiva y neutral, ayudando a mediar en conflictos, facilitar la comunicación y brindar asesoramiento estratégico.
Acordar este tipo de intervenciones ayuda a mediar, desde una perspectiva profesional, en las diferencias de opinión entre los hermanos sobre, por ejemplo, la dirección futura de la empresa, hacerles conscientes de los elementos que les afectan en su modelo de comunicación y adoptar los cambios que superen tales obstáculos.
6. Celebrar los éxitos conjuntos. Cuando se trabaja juntos es muy común dedicar tiempo a la crítica y/o la fiscalización, dejando de reconocer y celebrar los logros individuales y colectivos para fortalecer la unidad familiar y la motivación. Las celebraciones pueden ir desde pequeños gestos hasta eventos significativos que reconozcan el esfuerzo y la dedicación de todos.
Tal es el caso de una familia que, tras alcanzar un hito significativo en ventas, organiza un viaje de fin de semana para celebrar juntos y reflexionar sobre su éxito.
7. Gestionar conflictos de manera constructiva. Los desacuerdos son inevitables, pero la clave está en cómo se manejan. Implementar mecanismos para resolver conflictos de manera sana y respetuosa es crucial para mantener la armonía y el respeto mutuo.
Es nuestra práctica invitarles a adoptar reglas concertadas sobre qué no debe hacerse durante una comunicación –interrumpir, alzar la voz, descalificar...-, de tal suerte que los hermanos acogerán esas sesiones de mediación facilitadas por un profesional para resolver disputas, asegurándose de escuchar y respetar todas las voces.
8. Fomentar la formación continua. El mundo empresarial está en constante cambio. Fomentar la capacitación y el desarrollo profesional de cada hermano asegura que la empresa se mantenga competitiva y preparada para enfrentar nuevos desafíos, se conserven niveles de competencia entre ellos y se envíe un mensaje a la organización.
Dicha práctica la suele impulsar el consejo de familia, animando a sus miembros a asistir a conferencias y talleres regularmente para mantenerse al día con las últimas tendencias y tecnologías en el campo.
9. Mantener la objetividad en las remuneraciones y beneficios. La percepción de injusticia puede generar resentimiento. Establecer políticas salariales y de beneficios claros, basadas en el rol y las responsabilidades de cada hermano, es esencial para mantener un ambiente justo y colaborativo.
Para ello, algunas familias establecen sistemas de remuneración basados en el desempeño y la responsabilidad, referenciadas con el mercado, asegurando que todos los hermanos se sientan valorados y justamente recompensados.
10. Mantener el enfoque en el objetivo común. Recordar que el éxito del negocio depende del trabajo en equipo y la unidad familiar es fundamental. Enfocarse en la visión compartida y en los valores que los unen ayuda a mantener la perspectiva y la motivación.
En muchas empresas, la familia se reúne para revisar y ajustar sus decisiones frente a la misión y visión concertada, asegurándose que todos estén alineados y comprometidos con los objetivos a largo plazo.
Conclusión: Trabajar con hermanos en un negocio familiar puede ser un desafío, pero con compromiso, comunicación y respeto mutuo, es posible construir una empresa exitosa y duradera. Implementar estas 10 claves puede transformar los desafíos en oportunidades y fortalecer tanto el negocio como los lazos familiares. Al final del día, el éxito no solo se mide en términos financieros, sino también en la calidad de las relaciones y el legado que se construye juntos.
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