La sostenibilidad se ha posicionado como un factor clave y decisivo para el crecimiento empresarial, contemplando a las empresas como el motor dinamizador y como las protagonistas para materializar aportes positivos en sus dimensiones ambiental, social y económico como resultado de sus actividades.
Luis Felipe Ordóñez, Ingeniero Industrial, MBA - Economía Circular - director@cec.expert
Actualmente nos encontramos ante retos globales tales como el cambio climático, altos niveles de contaminación, pérdida de la biodiversidad, desigualdades sociales, pobreza extrema, desempleo y desnutrición, entre otros desafíos de gran importancia.
Santander no es ajeno a esta realidad, experimentando de manera cercana los impactos negativos y las consecuencias no deseadas que van generando a su paso la materialización de estos riesgos a nivel ambiental, social y económico. Si bien, lo anterior pudiera parecer un escenario catastrófico y desalentador, es muy importante destacar que sí existen alternativas viables y acciones que podemos implementar de manera conjunta y colaborativa para revertir e incluso llegar a superar positivamente este panorama en el mediano plazo.
La sostenibilidad representa un Modelo Integral de Gestión Empresarial que ha evolucionado con el tiempo, desde su planteamiento, en 1987, en la Comisión Brundtland de las Naciones Unidas, en la que se definió la sostenibilidad como aquello que permite “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. Concepto que ha tomado fuerza y que en 2015 da forma a los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con la finalidad de erradicar la pobreza, mejorar las condiciones de vida de la comunidad, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos.
Ahora, más que nunca, la sostenibilidad se ha posicionado como un factor clave y decisivo para el crecimiento empresarial, contemplando a las empresas como el motor dinamizador y como las protagonistas para materializar aportes positivos en sus dimensiones ambiental, social y económico como resultado de sus actividades.
Según el estudio, “Sustainable Signals: Understanding Corporates’ Sustainability Priorities and Challenges”, realizado por Morgan Stanley a más de 300 empresas públicas y privadas, un alto porcentaje (85 %) de los encuestados informó que ve la sostenibilidad como una oportunidad de creación de valor, reconociendo el impacto en sus estrategias corporativas a largo plazo y en la mitigación del riesgo.
Para implementar la sostenibilidad a nivel empresarial se requiere un proceso de transformación en el que la visión de la organización y la estrategia de crecimiento han sido planificadas y proyectadas por sus líderes de manera consciente, identificando las contribuciones positivas que la empresa estará en la capacidad de generar al ejecutar sus actividades comerciales.
A partir de allí, se conciben empresas que buscan generar un verdadero desarrollo para la comunidad local, gestionando de manera responsable, correcta y eficiente los recursos naturales, al reducir al máximo sus propios impactos negativos al medio ambiente y mejorando las condiciones de vida a la comunidad en general.
Santander representa en sí un conjunto de capacidades propias, fortalezas y oportunidades para transformar empresas con visión convencional en sostenibilidad, con estrategias enfocadas, de manera más consciente y declarada en la generación de Triple Impacto Positivo, escenario en el cual se ha trascendido la relación gana - gana entre la empresa - comunidad - medio ambiente a través de la colaboración y articulación, el desarrollo de nuevos modelos de negocio y la implementación de buenas prácticas que nos permitan seguir avanzando en la sostenibilidad como parte fundamental del desarrollo sostenible y el progreso de Santander y de nuestro país.
Por: Luis Felipe Ordóñez
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