Las ayudas económicas buscan potenciar la reactivación del agro en el país, fomentar la adquisición de tierras para proyectos productivos y aliviar la presión crediticia que hoy tienen muchos productores.
Se destinarán $70.000 millones para los campos del café.
Foto: El Espectador - Gustavo Torrijos Zuluaga
Este martes la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, la presidente de Finagro, Alexandra Restrepo y el presidente del Banco Agrario, Hernando Chica, presentaron cinco ayudas financieras con las que se busca beneficiar a los productores en el país.
En total, según lo descrito por la jefe de la cartera, se han destinado $382.000 millones, con los que también se busca blindar al agro con pólizas de riesgo y seguros de cosecha.
La primera de estas ayudas es una línea de crédito con la que se busca llegar a 200.000 pequeños productores del agro. El atractivo de esta es que, en interés, solo se pagará una sexta parte de lo que a la fecha se paga en la banca tradicional.
“Conscientes de la realidad financiera que enfrentan los productores, el ministerio también asignó más de $209,4 mil millones para las Líneas Especiales de Crédito (LEC). El objetivo es financiar el capital del trabajo de los productores con tasas de interés subsidiadas con plazos favorables. Esto permitirá que la tasa de interés con subsidio otorgado sea en promedio de 5% efectivo anual para pequeños productores, y para el caso de los beneficiarios especiales podrá llegar a ser del 3% efectivo anual”, detalló la cartera.
El segundo es un descuento que cubre el Gobierno Nacional a estas tarifas, del cual se beneficiarán los pequeños productores, y que llegará a tener una cobertura de hasta el 40 % del préstamo. Es decir, que si uno de estos solicita un crédito de $10 millones, la nación responderá por $4 millones, y el beneficiario pagará los $6 restantes más sus intereses.
“Este apoyo busca aumentar la producción de alimentos, mejorar la tecnología e incrementar la rentabilidad de los proyectos productivos del sector. El Gobierno del Cambio les reconocerá hasta el 40% del valor del proyecto a un pequeño productor de ingresos bajos; hasta el 30% a un pequeño productor, y hasta un 25% a un mediano productor”, comunicó el Ministerio.
La tercera ayuda está pensada para la reforma agraria. Esta línea especial llevará las mencionadas tasas de interés y beneficiará a aquellos que quieran comprar tierras para proyectos productivos.
La cuarta apunta a aliviar las actuales presiones crediticias que tienen los productores, pues se abre la posibilidad para que estos soliciten al Banco Agrario una compra de cartera y así beneficiarse de estas bajas tasas de interés.
Finalmente, se destinarán $70.000 millones para la renovación del campo del café.
Según lo detallado por la presidente de Finagro, y para entender mejor los beneficios que anuncia el gobierno, por cada millón de pesos una víctima de desplazamiento o reinsertado interesado en invertir en el campo pagará solo $34.000 en intereses cada mes, mientras que un pequeño productor pagará $63.000.
Los plazos de los créditos
Para la línea enfocada en el desarrollo productivo se dará un plázo máximo de cinco años, así como un periodo de gracia de hasta un año. “Por ejemplo, si una campesina solicita un crédito por $18 millones con el objetivo de sembrar una hectárea de yuca, el Gobierno le subsidia el 11,9% de la tasa de interés, por lo que esta quedaría en 4,6% efectivo anual. Sin esta ayuda, la mujer asumiría una tasa de 16,2%”, explica el ministerio.
Para la línea de reactivación agropecuaria (que es la enfocada en campesinos con créditos vigentes y caídas en sus ingresos) se estableció un plazo de hasta cinco años, también con un periodo de gracia de un año.
Para la reforma agraria (con la que se busca impulsar la compra de tierras con fines productivos), se dará un plazo de hasta 20 años, con tres años de periodo de gracia.
El fenómeno de La Niña
Para la ministra también es importante que el país se prepare para afrontar la eventual llegada del fenómeno de La Niña, ya que el IDEAM anunció que al de El Niño le resta aproximadamente un mes.
Después de esto vendría un periodo de “calma”, por lo que será importante trabajar, resalta la jefe de cartera, en las acciones e inversiones que mitigarían el eventual impacto de La Niña, que en países como Colombia se manifiesta con intensas precipitaciones.
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