top of page

Reflexiones sobre el mito de Narciso y su relevancia en la Empresa Familiar

En nuestras diferentes conversaciones con las empresas familiares sobre ¿cómo se desarrollan reuniones en que se explore aquello que les gustaría preservar como familia empresaria?, queremos reconstruir -con el consabido cambio de protagonistas, por la discreción debida- alguna que nos relataban sobre una práctica común de conversar de temas generales y buscar una aplicación a su empresa familiar.

Más o menos la historia relataba lo siguiente, en boca de sus protagonistas:


Era una tarde tranquila de domingo cuando nos reunimos en la casa de mis padres para nuestra acostumbrada reunión familiar. Mientras disfrutábamos de un delicioso almuerzo preparado por mi madre, la conversación se desvió hacia un tema que siempre ha sido un punto de discusión en nuestra familia: el legado de nuestra empresa familiar.


Mi padre, el patriarca de la familia y fundador de la empresa, comenzó a compartir sus pensamientos sobre los desafíos que enfrentan las empresas familiares. "Uno de los peligros más grandes que veo es el narcisismo", dijo con una mirada reflexiva. "El mito de Narciso es un recordatorio importante de los riesgos que conlleva estar demasiado enamorado de uno mismo y de la propia imagen".


Narciso, el joven de belleza sin igual, castigado por los dioses, se enamoró perdidamente de su propio reflejo en el agua; incapaz de separarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. Mi padre continuó: "En el mundo de los negocios, es fácil caer en la trampa del ego y la vanidad. Debemos tener cuidado de no convertirnos en Narcisos, obsesionados con nuestra propia imagen y olvidándonos de lo realmente importante: nuestros empleados, clientes y la comunidad que nos rodea".


Mi hermano mayor, que ha estado a cargo de las operaciones de la empresa durante los últimos años, asintió con la cabeza y compartió su perspectiva. "Es cierto. Hemos visto empresas familiares que se han hundido por culpa del narcisismo de sus líderes. Cuando nos enfocamos únicamente en nuestra propia imagen y en mantener el control, olvidamos escuchar a los demás y estar atentos a sus necesidades. Eso nos aleja de la verdadera esencia de lo que significa ser una empresa familiar: una comunidad unida por vínculos de confianza y respeto mutuo".


Mi tía, quien ha sido una de las principales consejeras de la empresa, intervino: "El mito de Narciso nos recuerda la importancia de la humildad y la introspección. No podemos perder de vista que nuestro éxito depende de las personas que nos rodean: nuestros empleados, clientes y la comunidad. Debemos cultivar relaciones saludables y practicar la empatía, en lugar de obsesionarnos con nuestra propia imagen y nuestros logros". Mientras escuchaba a mi familia -nos compartía nuestro cliente- me di cuenta de que el mito de Narciso tenía una relevancia profunda para nuestra empresa familiar. Narciso, en su ceguera hacia los demás, terminó por destruirse a sí mismo. Del mismo modo, una empresa familiar que se centre únicamente en su propia imagen y en el ego de sus líderes, corre el riesgo de perder de vista lo que realmente importa: el bienestar de todos los que forman parte de ella.


Mi prima, una de las más jóvenes en la reunión, compartió una perspectiva interesante: "Creo que el mito de Narciso también nos recuerda la importancia de la introspección y el autoconocimiento. Narciso se enamoró de su propio reflejo porque no pudo ir más allá de la superficie y ver su verdadero ser. Como líderes de una empresa familiar, debemos estar dispuestos a enfrentar nuestras propias debilidades y limitaciones, en lugar de quedarnos atrapados en una imagen idealizada de nosotros mismos".


Mientras la conversación continuaba, me di cuenta de que el mito de Narciso era mucho más que una simple historia antigua. Era un recordatorio poderoso de los peligros del narcisismo y la importancia de cultivar la humildad, la empatía y las relaciones saludables en el contexto de una empresa familiar.


A medida que reflexionábamos en familia sobre las lecciones del mito, también surgieron ideas sobre cómo aplicarlas en nuestra propia empresa. Hablamos de la necesidad de fomentar una cultura de escucha activa, donde todos los miembros de la familia y los empleados puedan expresar sus ideas y preocupaciones sin miedo. También discutimos la importancia de involucrar a la comunidad y ser buenos ciudadanos corporativos, en lugar de centrarnos únicamente en nuestros propios intereses.


Escuchado el relato y revisando caso de empresas que sufrieron el mismo destino de Narciso, queda claro que el narcisismo es un peligro al cual se debe estar atentos a identificar y abordar. Pero, ¿cómo saber si nuestra organización familiar está sucumbiendo al narcisismo? Y, lo más importante, ¿qué podemos hacer al respecto?



Algunas señales a tener en cuenta:


1. Liderazgo egocéntrico: ¿Nuestros líderes familiares se centran más en su propia imagen y logros, que en el bienestar de la empresa y sus empleados? ¿Escuchan y valoran las ideas de los demás, o tienden a imponer su propia visión?


2. Toma de decisiones cerrada: ¿Las decisiones importantes se toman de manera unilateral por unos pocos miembros de la familia, sin consultar a otros stakeholders? ¿Hay una falta de transparencia y rendición de cuentas?


3. Cultura de la apariencia: ¿Existe una obsesión por la imagen corporativa y la reputación, en detrimento de la sustancia y la calidad? ¿Se prioriza más la impresión que la verdadera excelencia?

4. Falta de empatía: ¿Nuestros líderes demuestran una comprensión y sensibilidad genuinas hacia las necesidades de los empleados, clientes y la comunidad, o se enfocan únicamente en sus propios intereses?


5. Resistencia al cambio: ¿Nuestra empresa familiar se aferra a prácticas y estructuras establecidas, incluso cuando el entorno y las necesidades cambian? ¿Hay una rigidez que impide la adaptación y la innovación?


Si identificamos algunas de estas características en nuestra organización, es momento de tomar acción. Algunas estrategias que pueden ayudarnos:


Fomentar una cultura de humildad y apertura al diálogo: Crear espacios seguros donde todos los miembros de la familia y los empleados puedan expresar sus ideas y preocupaciones sin temor.


Implementar procesos de toma de decisiones colaborativos: Involucrar a diversos stakeholders en la formulación y ejecución de estrategias clave.


- Cultivar la empatía y el cuidado de las relaciones: Capacitar a los líderes en habilidades de comunicación y escucha activa, y recompensar comportamientos que demuestren consideración por los demás.


Promover la introspección y el autoconocimiento: Alentar a los líderes a reflexionar sobre sus propias fortalezas, debilidades y sesgos, y a buscar activamente retroalimentación.


Mantener una visión a largo plazo: Trascender la obsesión por la imagen a corto plazo y enfocarse en construir un legado empresarial duradero y significativo.



Al abordar una reflexión sobre el narcisismo en nuestra empresa familiar, estaremos dando un paso determinante para asegurar la sostenibilidad y el éxito a largo plazo de nuestro negocio. Porque, al final del día, lo que importa no es la imagen, sino el impacto que dejamos en las vidas de quienes nos rodean.


¿Cuáles son las señales de narcisismo que has observado en tu propia empresa familiar? ¿Qué pasos concretos puedes tomar para fomentar una cultura más humilde, empática y orientada al bien común?


¡Compártenos tus reflexiones!


5 visualizaciones0 comentarios

Comentários


bottom of page