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Serie "El legado en juego"

Entrega 1: El silencio que cuesta fortunas y destruye familias Sobre esta serie: "El legado en juego" nace del deseo genuino de responder a muchas de las preguntas, inquietudes y retos que las familias empresarias nos plantean constantemente durante los procesos de transición generacional que acompañamos. Nuestro objetivo es que estas entregas sirvan como una guía práctica y reflexiva para fomentar conversaciones familiares más abiertas, asertivas y productivas, contribuyendo así a fortalecer el legado y la unión en cada familia.


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Si formas parte de una familia empresaria, es probable que esta escena te resulte familiar: una reunión familiar donde se habla de todo —el último partido, las vacaciones, los negocios del día a día— excepto de lo único que definirá el futuro de todos: el plan para el patrimonio. Es el elefante en la habitación, un tema cargado de una extraña mezcla de poder, miedo y procrastinación. Se asume que todo está en orden, que los documentos firmados por el abuelo hace treinta años siguen siendo una fortaleza inexpugnable, o peor aún, se confía en que "ya habrá tiempo para eso". Este silencio es uno de los errores más caros que una familia empresaria puede cometer.

 

Un fracaso anunciado que ignoramos

El verdadero dolor no es una caída en la bolsa o un mal año para la empresa; es un dolor más profundo y silencioso que corroe los cimientos de la familia. Es la ansiedad de no saber, la incertidumbre que pesa sobre la siguiente generación y el riesgo latente de que la riqueza, en lugar de ser un pilar de unión, se convierta en un elemento que destruya a la familia.

 

Las estadísticas son brutales y no perdonan la inacción. Estudios reconocidos en el ámbito de las empresas familiares revelan una verdad incómoda: el 70% de las transiciones de patrimonio familiar fracasan. Fracasar aquí no significa solamente perder dinero; significa la disolución involuntaria de los activos, la venta forzada de la empresa familiar y, lo más trágico, la ruptura de las relaciones familiares.

 

Ahora, detengámonos en la causa. ¿Es por malas inversiones? ¿Falta de asesores fiscales? No. La investigación es concluyente: más del 60% de estos fracasos se deben a una quiebra en la comunicación y la confianza dentro de la familia. Un 25% se atribuye a herederos no preparados para gestionar la riqueza, y sólo un pequeño porcentaje se debe a una planificación fiscal o legal deficiente. Esto significa que el mayor riesgo para tu patrimonio no está en los mercados financieros, sino en la mesa de tu propia casa.

 

Este silencio se manifiesta de muchas formas:

-    La falta de un inventario claro: ¿Alguien en la familia, además del fundador, sabe exactamente qué se tiene, dónde está y cómo está estructurado? La primera pregunta de cualquier autodiagnóstico serio es precisamente esa: ¿tienen un registro claro y actualizado de todos los activos? La ausencia de este mapa es una invitación al caos en un momento de crisis.

-   Roles ambiguos: ¿Quién está a cargo? ¿Quién toma las decisiones? ¿Qué rol juegan los cónyuges o las nuevas generaciones? Cuando los roles no están definidos, la ineficiencia y el conflicto están garantizados.

Conflictos latentes: Cada miembro de la familia tiene sus propios sueños y necesidades. Ignorarlos es sembrar la semilla del resentimiento. Sin un proceso para discutir y conciliar estos intereses, cualquier desacuerdo financiero se vuelve personal y tóxico.

 

Por ello, se vuelve claro el temor de ver cómo el legado construido con el sudor de una o varias generaciones se desmorona no por una crisis económica, sino por no haber tenido las conversaciones difíciles a tiempo.

 

Convertir la conversación en un plan de acción

La buena noticia es que este destino no está escrito en piedra. El remedio es tan simple de enunciar como desafiante de ejecutar: romper el silencio de manera estratégica. No se trata de una catarsis emocional en la cena de Navidad, sino de iniciar un proceso estructurado, un diálogo deliberado y guiado que transforme la ansiedad en claridad.

 

Este proceso es, en esencia, un acto de liderazgo. Asumir la iniciativa de decir "familia, tenemos que hablar de nuestro futuro" es el primer paso para pasar del 30% de familias que fracasan al 70% que tienen éxito en la transición. El remedio consiste en abordar sistemáticamente los pilares que sostienen cualquier patrimonio duradero, tal como lo propone un autodiagnóstico integral.

  1. Mapear el territorio (constitución del patrimonio): el primer paso es la transparencia radical. Significa sentarse juntos y crear un inventario detallado de cada activo y pasivo. Esto no es un ejercicio de contabilidad, es un acto de construcción de confianza.

  2. Definir el equipo (actores del proceso): se trata de asignar roles y responsabilidades claras. ¿Quién es el guardián de la información? ¿Quién lidera el consejo familiar? ¿Cómo se prepara a la siguiente generación para asumir sus futuros roles? La profesionalización de la gestión familiar es clave.

  3. Alinear la visión (conciliación de intereses): este es el corazón del proceso. Requiere crear foros seguros para que cada miembro pueda expresar sus expectativas y miedos. Se trata de co-crear una visión compartida para el patrimonio, estableciendo valores y principios que guiarán todas las decisiones futuras. Este proceso a menudo culmina en la creación de un "Protocolo Familiar"; documento que es el alma del plan de gobernanza.

  4. Construir la fortaleza (estructuras óptimas): una vez que la visión está clara, se traduce en estructuras legales y fiscales robustas (fideicomisos, sociedades, testamentos) que protejan el patrimonio de riesgos externos e internos y aseguren una transición eficiente.

  5. Pilotear el barco (administración de la riqueza): el patrimonio necesita ser gestionado activamente. Esto implica establecer políticas de inversión, controles internos y revisiones de rendimiento periódicas.

  6. Ajustar las velas (adaptación continua): el plan no es un documento estático. La familia crece, las leyes cambian, la economía fluctúa. El plan debe ser revisado y adaptado periódicamente para seguir siendo relevante y efectivo.

 

De la ansiedad a la resiliencia y el legado

Cuando una familia se embarca en este viaje, el resultado va mucho más allá de la simple preservación de la riqueza. El principal beneficio es la tranquilidad. La paz mental que proviene de saber que existe un plan claro, justo y consensuado que protege tanto el patrimonio como, y más importante aún, a la familia.

 

Pero hay más. Este proceso construye resiliencia familiar. Una familia que ha aprendido a comunicarse sobre el dinero, a resolver conflictos y a tomar decisiones complejas en conjunto, es una familia que puede superar cualquier tormenta, ya sea económica o personal. Se fortalece el "capital familiar", que no es únicamente financiero, sino también humano (el talento y bienestar de sus miembros) e intelectual (el conocimiento y los valores compartidos).

 

Finalmente, se redefine el concepto de legado. El legado deja de ser una cifra en un estado de cuenta para convertirse en un conjunto de valores, una ética de trabajo, un espíritu emprendedor y una unidad familiar que trasciende generaciones. Se asegura que se transmitan los valores, no sólo los objetos de valor. Pasa de ser parte de una estadística preocupante, a ser el arquitecto de un legado perdurable.

 

Tu primer paso en el viaje

Hemos desglosado el dolor del silencio y hemos esbozado el mapa hacia la solución. Puede parecer una montaña, pero todo gran viaje comienza con un paso. No tienes que resolverlo todo hoy. Tu responsabilidad, como líder en tu familia, es iniciar la conversación.

 

En las próximas semanas, en esta serie de blogs, vamos a desglosar cada uno de estos 6 pilares, dándote ideas, ejemplos y herramientas concretas para cada etapa. Te invitamos a que nos acompañes, a que compartas estos artículos con tus familiares y a que los uses como excusa para empezar a hablar.

 

No dejes que tu familia se convierta en una estadística. El futuro no es algo que sucede, es algo que se construye.

 

En nuestra próxima entrega, daremos el primer paso práctico y fundamental: trazar el mapa del tesoro. Profundizaremos en el Pilar 1 y responderemos a la pregunta: ¿sabemos realmente lo que tenemos?

 

Fuentes y referencias:

1.      Lucas, Stuart E. (2012). Gestión de patrimonios: cómo crecerlo, protegerlo, disfrutarlo y compartirlo. Barcelona: Editorial Granica.

2.      PwC. (2021). Family Business Survey 2021. Disponible en: PwC Global Family Business Survey 2021

3.      Williams, R.I., & Preisser, V. (2003). Preparing heirs: five steps to a successful transition of family wealth and values.

4.      Family Firm Institute (FFI). (2017). Global Data Points.

 

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