El nuevo indicador que replantea cómo medir el éxito verdadero de las empresas
- Suárez Consultoría

- hace 1 día
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En la práctica, el indicador Iara intenta responder una pregunta más profunda e integral: ¿qué tan bien está funcionando una empresa en su conjunto?

Durante décadas, la vara con la que se ha medido el éxito empresarial ha sido el tamaño: cuánto vende una compañía, cuántas utilidades genera o cuántos activos acumula. Pero esas métricas, que parecen objetivas, esconden una mirada incompleta. Así lo plantea Alfredo Ceballos Ramírez, creador del Indicador de Acumulado de Resiliencia y Antifragilidad, Iara, quien propone una forma distinta de evaluar el verdadero desempeño empresarial.
Según Ceballos, los indicadores tradicionales -ventas, utilidades o rentabilidad- miden apenas un momento: la foto del cierre del año. Pero el desempeño real de una organización no se refleja solo en cifras contables. “Las empresas no son buenas o malas solo porque vendan más o menos”, explica. “Su verdadera medida está en cómo se alinean internamente para alcanzar resultados sostenibles”.
El Iara parte de esa premisa: la gestión empresarial debe observarse en movimiento, no en corte. “Las cifras económicas muestran lo que ya pasó, pero no dicen nada del proceso que llevó a ese resultado”, señala. Por eso, este nuevo enfoque busca medir la coherencia entre lo que la organización dice, lo que hace y lo que logra, en lugar de limitarse a los números finales.
De los resultados al desempeño
En la práctica, el Iara intenta responder una pregunta más profunda: ¿qué tan bien está funcionando una empresa en su conjunto?
Ciertamente al mirar la capacidad de la empresa de gestionar las relaciones centrales implica los temas de liderazgo, comunicación y cultura. Pero más objetivamente el indicador mide la capacidad de generación y de fortalecimiento. Es de allí de donde vienen los términos de antifragilidad y resiliencia. La antifragilidad es la capacidad de la empresa de poder reinventarse ante la adversidad y la resiliencia es la capacidad de absorber un mal resultado sin perder la capacidad de continuar actuando.
“Cuando medimos únicamente utilidades o crecimiento, dejamos por fuera lo que realmente sostiene a una organización”, agrega. “El Iara mide la capacidad de la empresa para mantener su rumbo, cumplir su propósito y generar valor a largo plazo, incluso en momentos de incertidumbre”.
Una empresa que muestra con sus números que con el paso del tiempo encuentra nuevas y mejores soluciones para adelantar su tarea la hace antifrágil, esta es la capacidad de generación que mide el indicador. Por otro lado, las empresas que muestran una capacidad que ha permitido absorber malos resultados sin perder su autonomía es una empresa resiliente. El indicador mide de manera combinada cual ha sido la capacidad de la empresa para generar y fortalecerse en el pasado reciente.
Alinear propósitos
El enfoque detrás del Iara surge de una experiencia acumulada durante años de consultoría y acompañamiento a empresas de distintos tamaños y sectores. Ceballos sostiene que el gran problema de las mediciones tradicionales es que se centran en la foto del resultado, no en la película del desempeño.
“Lo que confirma nuestra experiencia como administradores y empresarios es que las personas siguen midiendo las empresas por su tamaño o sus ventas. Pero eso no dice nada del desempeño real”, enfatiza. En cambio, el Iara observa el grado de alineación entre las áreas, la claridad en los objetivos y la consistencia entre estrategia y ejecución.
El propósito de esta visión es permitir a los empresarios obtener una medición más objetiva de lo que realmente ocurre en la empresa. Cuál es el efecto final, real, objetivo y cuantificable de todo el esfuerzo coordinado de gestionar las ventas, utilidades, activos y patrimonio requeridos por su actividad. La intención no es anticipar, es dar claridad de a dónde y cómo se llegó a donde está la empresa, información fundamental para definir hacia donde puede ir. Un indicador para gestionar, no solo evaluar.

El Iara no busca reemplazar los indicadores financieros, sino complementarlos con una lectura más profunda de la dinámica organizacional. “Las cifras de desempeño financiero son necesarias, pero no suficientes”, dice Ceballos. “El verdadero reto es entender cómo esos resultados se construyen internamente, y si la organización está preparada para sostenerlos en el tiempo”.
En ese sentido, el indicador no es solo una herramienta de evaluación, sino un instrumento de gestión. Permite identificar brechas de alineación, analizar las causas detrás de los resultados y diseñar estrategias más coherentes.
“Una empresa con alto nivel de alineación tiende a tener mejores resultados sostenibles, independientemente de su tamaño”, explica. “No se trata de cuánto crece, sino de qué tan bien está integrada para hacerlo sin perder identidad”.
El futuro de la medición empresarial
Ceballos lo resume así: “Medir el desempeño no puede seguir siendo un ejercicio contable. Debe ser un ejercicio de comprensión organizacional”. Con ello, invita a que empresarios, consultores y analistas económicos repiensen la forma en que interpretan los resultados.
“Cuando entendemos la alineación como base del desempeño, pasamos de ver a la empresa como una máquina que produce números a verla como un sistema vivo que produce coherencia, aprendizaje y valor”, concluye.
Las cien "más grandes"
La Superintendencia de Sociedades presentó en su informe de Las Mil Empresas Más Grandes durante 2024. En el informe, se mostró la desaceleración de la economía nacional, ya que hubo una contracción de 9,82% en los ingresos de las compañías más importantes de la nación, al pasar de $1.313 billones, en 2023, a $1.184 billones, el curso pasado.
Por su parte, las utilidades de las 1.000 compañías bajaron $9 billones, desde los $99 billones, hasta los $90 billones que reveló el superintedente Billy Escobar. De hecho, la compañía más grande el país, Ecopetrol, redujo sus ingresos en más de 6,8%, a pesar de que, en este ítem, obtuvo resultados por más de $133 billones. “Hubiéramos podido alcanzar hasta $4 billones en utilidades sin efectos de la inflación y la TRM, $0,1 billones provenientes de la inflación y $0,3 billones por el movimiento del dólar”, justificó el presidente de la compañía, Ricardo Roa.
La petrolera estatal aporta 10,1% al total de ingresos de las 1.000 compañías, así que una reducción en sus indicadores va a tener un gran impacto en el acumulado del informe. En el segundo lugar del ranking, se ubicó EPM, con ingresos por $41,4 billones, 10,4% más que en 2023. La empresa paisa ha venido apostando con fuerza en la puesta en marcha de Hidroituango, como el ingreso de la segunda etapa de la hidroeléctrica al Sistema. El ranking de la Supersociedades Ser parte del grupo de Las Mil Empresas Más Grandes significa convertirse en una de las joyas de la corona. Sólo durante 2024, a este listado entraron 176 nuevas sociedades, que se posicionaron en la cumbre de las compañías que más facturan cada año. El sector de servicios es el que más aportó a esta nube de empresas, con 72. También destacó comercio, con 51 nuevas sociedades. El tercero que más aportó fue manufactura, con 28 compañías. El cuarto sector que más aportó fue el de construcción, con 17 empresas; seguido del de minería, con siete. Fuente: LA REPÚBLICA https://www.larepublica.co/empresas/el-nuevo-indicador-que-replantea-como-medir-el-exito-verdadero-de-las-empresas-4256620











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